18.2.03

Estuve leyendo sobre langostas e hijos adoptados, sobre las langostas encontre:

El secreto de éste platillo es atar cuidadosamente cada langosta a una tablita de madera con el fin de que cuando empieza la cocción, la langosta no se enrosque y quede hecha bolita. Se colocan las dos langostas vivas en una vaporera con agua hirviendo, se tapa y se dejan cocinar durante unos quince minutos, se le quitan las ataduras que traen en las tenazas, se sirven enteras o cortadas por la mitad a lo largo en un plato con un recipiente de mantequilla clarificada caliente, con arroz blanco y verduras cocidas

Aconsejamos tratar de comprar la langosta viva en los establecimientos especializados. Estos animales no sufren al cocinarse vivos puesto que su sistema nervioso es simple. Nunca trate de quitar las ataduras de las tenazas porque así las langostas se pueden defender.


Por otro lado MILLAS comenta:

No hay más que meterla en agua fría con un puñado de sal gorda y contar 20 minutos desde que rompa a hervir.
Pero eso es una barbaridad. Fallecerá en medio de dolores insoportables. Y sin poder escapar del interior de la coraza.

No importa: se defenderá de ella y de las miradas de espanto de sus hijos argumentando que los refinamientos gastronómicos exigen la comisión de algunas crueldades culinarias. Después de todo, la cocina es una forma de cultura y todo eso.

Así que meterá al animal en la olla, añadirá, además de la sal, dos hojas de laurel de su propia cosecha (hay que ser creativos) y permanecerá hipnotizado frente a aquella muestra de civilización, al menos hasta que los afilados gritos del bicho le devuelvan al estado de barbarie anterior: por si no lo sabía, este crustáceo emite al abrasarse un gemido espeluznante, que evoca un llanto ancestral, como si quien permaneciera atrapado en lo más hondo de esa cárcel orgánica fuera una versión infantil de nosotros mismos. Algunos cocineros poco cultos no pueden soportar esta exhibición de progreso y sacan al bicho del agua hirviendo antes de que perezca. Mal hecho: seguramente tendrá ya quemaduras de primer grado en el 98% de su cuerpo y lo único que se consigue al detener el proceso cultural de la cocción es prolongar inútilmente el dolor de tan extraña criatura.


Por mi parte puedo decir que siempre he disfrutado la langosta, pero ultimamente me ha atormentado todo este proceso de la cocinada :S




1 comment:

Anonymous said...

Pobres langostas se les deberia matar antes de meterla al agua hirviendo siento lastima por las pobres, deben sufrir mucho